Cardenal bendice Camino de las siete palabras
El cardenal Ricardo Ezzati bendijo esta obra el viernes 25 de septiembre, que es fruto de la Comisión Bicentenario del Arzobispado de Santiago y de Rodrigo Tupper, en la que participaron los artistas Concepción Balmes, Maya De Rodt, Gerardo Zenteno, Roberto y Claudio Di Girólamo, Manuel Antonio Aguirre y Ernesto Barreda (QEPD). La obra arquitectónica estuvo a cargo del destacado profesional Jorge Iglesis.
“Aquí, al Santuario del cerro San Cristóbal, acude mucha gente en busca del sentido más profundo de su vida y sabemos que la belleza no es solo un camino que eleva el espíritu y lo hace más noble, sino que es también un camino para encontrarse con aquel que es la belleza, con Dios”, explicó el cardenal Arzobispo de Santiago. Añadió: “Dios quiera que muchas personas que suban el cerro San Cristóbal a encontrarse con la Virgen María hagan este camino y encontrándose con la belleza artística de estas cruces puedan sentir que su corazón se ennoblece”. El Arzobispo agradeció, a nombre de la Iglesia de Santiago, a artistas, arquitectos y al santuario mismo por embellecer la vida de nuestra ciudad. En nuestra existencia también hay cruces, dijo, pero más allá de ellas hay un llamado de amor, de misericordia, de acogida que Dios nos hace. “Que las siete palabras de Jesús en la cruz, que nos abren la puerta de la resurrección, sean muy significativas para todos nosotros”, concluyó.
Manuel Antonio Aguirre, uno de los pintores, se mostró muy emocionado al hacerse realidad un anhelo de más de 4 años. “Hoy es la culminación de un maravilloso proyecto”, señaló. “Las cruces se ven muy bien, el camino es una maravilla y creo que la Iglesia siempre ha estado relacionado con el arte, desde el tiempo paleocristiano; mirar esta obra terminada me devuelve el espíritu”.
Para sentir la brisa de Dios
El padre Carlos Godoy, rector del Santuario de la Inmaculada Concepción, dio la palabra al arquitecto Jorge Iglesis que recordó que “hace más de 2 años Rodrigo Tupper tuvo un sueño: permitir que todos pudieran llegar a la cumbre del cerro San Cristóbal, rezarle a la Virgen y asistir a misa en esta capilla remozada y puesta en valor. Era necesario para eso construir una rampa, que no es más que una vereda utilitaria, sin embargo la idea era que fuera una obra de arquitectura, porque el fin último de la arquitectura es conmover, emocionar”, sostuvo. “Nosotros tuvimos el honor y el desafío de solucionarla técnica y profesionalmente; a nombre de ese equipo que forman ingenieros, constructores, albañiles, obreros, carpinteros, agradezco la confianza que se depositó en nosotros”. Luego reflexionó: Cuando uno es niño cree que Dios está en las grandes muestras de la naturaleza, “pero con el paso de los años uno puede comprobar que Dios está en el soplo de la brisa suave que mueve la hierba. Esta es una obra simple, no tiene alarde formal ni tecnológico, pero cuando la recorran podrán sentir ese soplo suave de la brisa que mueve la hierba”.
Por su parte Sandra Plaza, administradora del Santuario, se mostró feliz con la obra, sobre todo por lo que significa para la gente que lo visita. “Esto le da un plus al santuario en lo que significa la accesibilidad y además porque se presenta un proyecto artístico hermoso que atraviesa las últimas palabras de Jesús en la cruz. Están ubicadas en la cumbre, sobre la ciudad y la pueden apreciar todos los visitantes”. En este mismo sentido Mauricio Fabry, director del Parque Metropolitano, sostuvo que existe una sociedad indisoluble entre el parque y el Santuario tomando en cuenta que la imagen de la Virgen estaba en el cerro antes de que fuera un área verde. A su juicio, “esta obra es importante para la ciudad, para las personas”. Agrega: "Creemos que esta obra tiene un mensaje, tiene arte y tiene un extraordinario mirador de la ciudad en el contexto del Parque urbano más grande de Latinoamérica”.
Fuente: Comunicaciones Santiago
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