El informe fue realizado por Mons. Charles Scicluna , arzobispo de Malta, Presidente del Colegio para el examen de los recursos (en materia de delitos más graves) en la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Mons. Jordi Bertomeu, oficial de dicha Congregación, luego del proceso de escucha realizado en Nueva York y en Santiago durante el mes de febrero.
En la carta a los obispos chilenos, el Pontífice señala que, luego de una lectura pausada de las actas de este proceso de escucha, “creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan de un modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza”.
En la misiva, el Santo Padre se dirige al plenario de obispos de la CECh para invitarlos a trabajar juntos, en restablecer la confianza en la Iglesia chilena: “escribo a ustedes, reunidos en la 115ª asamblea plenaria, para solicitar humildemente vuestra colaboración y asistencia en las medidas que a corto, medio y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia”. Para estos fines, el Papa ha convocado a los Obispos chilenos a Roma, para “dialogar sobre las conclusiones de la mencionada visita y mis conclusiones”.
En el texto, Francisco también reconoce que ha “incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”. El Santo Padre, además, pide perdón a todas aquellas personas que ofendió y anuncia que se reunirá con representantes de las personas entrevistadas por quienes condujeron el proceso de escucha confiado.
En conversación con la prensa
El presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, monseñor Santiago Silva, luego ser difundida esta carta, señaló que el Episcopado comparte el dolor del Papa Francisco: “No hemos hecho todo lo suficiente”, afirmó. Asimismo, manifestó que “nuestro compromiso es que esto no se vuelva a repetir”.
En relación a la alusión hecha por el Santo Padre a la "falta de información veraz y equilibrada", Mons. Silva señaló su certeza de que las autoridades de la Conferencia Episcopal pusieron a disposición del Papa la información que disponían en su momento.
El presidente de la CECh confirmó la asistencia de la totalidad de los obispos al encuentro convocado por el Santo Padre, el que tendrá lugar en Roma, la tercera semana de mayo.